Los bereber o amazigh son un conjunto de etnias milenarias que viven en el norte de África, principalmente Marruecos y otros países limítrofes. Antiguamente nómadas en el desierto, hoy hacen una vida más sedentaria, asentados en pequeñas villas del Medio y del Alto Atlas y otras zonas alejadas de las ciudades, donde siguen dedicándose al pastoreo, la agricultura y la artesanía. Desde hace cientos de años han sabido transmitir su cultura, lengua y tradiciones de generación en generación hasta nuestros días.
La producción artesanal de alfombras tiene una larga tradición en Marruecos. En los pueblos bereber asentados en la cordillera del Atlas las familias, principalmente las mujeres, tejen en sus propios telares con lana de camello, cordero u oveja. Mientras eran nómadas tejían las tiendas en las que se resguardaban, ropa de cama y para la familia, mantas y alfombras, para hacer frente a las frías noches del Atlas.
En la actualidad, las dificultades para acceder a una educación superior hacen que muchas mujeres se casen jóvenes y permanezcan en los pueblos de sus padres, donde, además de trabajar en el campo y ocuparse de los niños y de la casa, siguen dedicando su tiempo a estas labores de artesanía que van transmitiendo de madres a hijas. Para ellas es una forma de mostrar su valor a la sociedad y expresar sus vivencias y emociones a través del arte. Como cualquier otro artista o artesano reciben inspiración de todo lo que ven a su alrededor y esto se ve reflejado en sus creaciones, cargadas de simbolismo.
Durante todo el proceso de elaboración las mujeres siguen un estricto ritual, desde la instalación del telar hasta la retirada de la pieza una vez tejida, pero una vez que empiezan se sienten totalmente libres y van siguiendo su intuición y sentimientos para dar rienda suelta a su talento y creatividad. El resultado son unas alfombras únicas con infinidad de patrones y colores que cuentan con una enorme carga de trabajo y emoción, de las que se sienten muy orgullosas: las auténticas alfombras bereber. Detrás de cada una se esconde una historia.
Hoy en día esta actividad permite que la mujer contribuya de una forma muy importante a la economía familiar, desarrollando su talento y habilidades muchas veces en colaboración con otras mujeres, lo que a su vez ayuda a aumentar el poder y la fortaleza de la mujer en la sociedad marroquí.